Balboa: Un sueño. Una historia III

Primeros colaboradores… y la familia crece

En 1968, a sus 18 años de edad, se incorpora Marcela Fernández Corral. Fiel, honesta, capaz y colaboradora de suma confianza. Tiempo después, al casarse y tener hijos, se desvincula temporariamente de Balboa y la reemplaza hasta su regreso, Susana Martínez – otra excelente colaboradora.

El 18 de abril de 1970 Ernesto se casa con Diana, su compañera de vida y un año después,  el 17 de abril de 1971 nace su primera hija, Nelly. A los dos años, el 2 de julio de 1973 nace Lorena y su tercer hijo, Martín, llega el 26 de septiembre de 1975.

La evolución era notoria. Corría el año 1976 y se incorpora al pequeño staff de Balboa, su amigo Carlos Pérez Castex, para colaborar en la agencia de una manera transitoria. Un año antes, habían comenzado a transmitir programas radiales de fútbol y deportivos. Se formó un equipo de profesionales de 63 personas, incluyendo periodistas, locutores, técnicos, etc.

Carlos poseía una personalidad especial y extravagante. Llegaba a Balboa a las 13:00 hs. luego de cinco horas de iniciada la actividad laboral. Una vez interiorizado de las últimas novedades, ambos salían a almorzar para conversar sobre temas del día.

Este amigo Carlos, también Gerente Financiero, era un noctámbulo muy ordenado y prolijo en lo laboral. Aunque,  como se menciona en el párrafo anterior, su horario de llegada era tardío, pero como hombre comprometido con su tarea, se lo podía ver a las dos o tres de la madrugada en plena actividad. Silenciosamente, tenía la capacidad de organizar y controlar la labor del personal.

En cuanto a la familia, el 1 de septiembre de 1977 nace su cuarta hija, Georgina.

…y Balboa sin prisa y sin pausa seguía creciendo…

Local propio

Balboa necesitaba más espacio para su gente y Carlos fue de gran ayuda en la decisión de comprar la primera propiedad. En el año 1977 se concretó la adquisición de las oficinas – en las que hoy continúa funcionando la agencia – y a dos cuadras del local alquilado hasta esa época.

Luego de la compra, se tardó no menos de 180 días en construir y remodelar la propiedad, acorde a los últimos adelantos técnicos y edilicios de la época.

Inolvidablemente, la mudanza oficial fue el 1 de junio de 1978, día que comenzaba en la Argentina el Mundial de Fútbol, donde fuimos campeones mundiales por primera vez.

En esa etapa se produce la desvinculación de Carlos, debido a la incorporación de Ricardo, hermano de Ernesto, como parte del staff de Balboa. Trabaja hasta el año 2000, fecha en la que se retira, habiendo realizado un gran aporte y apoyo para la agencia.

Para entonces, Balboa contaba con unas veinte personas estables, más las del área de radio, cuya exitosísima transmisión deportiva se extendió por cuatro años, a lo largo y ancho del país.

La nueva generación

En sus nuevas oficinas, comenzaron a desarrollar estrategias de fidelización y mejora en la calidad de atención hacia los clientes, así como también profundizan en lograr la excelencia de la capacidad administrativa.

El camino recorrido desde la fundación de Balboa, hasta estos días, fue un sendero de aciertos y tropezones. Las depresiones financieras del país en los años 1989 y 2000, pusieron en riesgo el crecimiento y permanencia de la agencia. Especialmente en la relación con los multimedios y algún tipo de clientes que procedieron unilateralmente, agravando aún más la situación financiera de la empresa. La exposición a estafas, quiebras y falta de pagos retrasaron la evolución de la agencia por varios años.

…con mis palabras

 “Mis hijos Nelly, Lorena, Martín y Georgina venían con frecuencia a la oficina. Todos ellos prestaron colaboración en distintas etapas de crecimiento de Balboa. Pero mi hija Lorena, siempre mostró especial interés por la agencia. Comenzó a trabajar  en 1991 a sus 18 años, hasta que se recibe de abogada. Tras la crisis coyuntural del año 2002 y luego de mucho analizar su situación laboral y profesional, opta por reintegrarse a Balboa. Su reincorporación fue en el peor momento publicitario, económico, financiero y profesional del país. Toda su capacidad, profesionalismo, personalidad y ahínco se vieron reflejados a lo largo de los años. Realizó su trabajo con la misma seriedad con que se desenvuelve en su vida personal. Gracias a su actitud y aporte, decidí premiarla, convirtiéndola en socia y principal consejera y asesora de Balboa. Por mérito propio, se ganó el privilegio de ocupar el lugar más importante para mí: estar a mi lado.

Actualmente, Lorena cuenta con amplias facultades para la toma de decisiones de cualquier naturaleza, especialmente en lo legal, financiero y crediticio. Y es mi esperanza que continúe en el futuro con la dirección absoluta de mi Balboa, hoy ya nuestra”.

“Aunque la empresa nunca ocupó el primer lugar en facturación en las estadísticas económicas financieras, sin lugar a dudas podemos decir, que realmente  es una de las agencias de mayor profesionalismo y eficiencia del país. Y esto lo pueden afirmar nuestros clientes, la permanencia y capacidad de adaptación en el mercado argentino, evidenciados en sus 50 años de trayectoria”.

“Tuve que sortear y superar diferentes adversidades, pero cuando miro hacia atrás reflexiono que si Balboa se mantuvo hasta ahora, es porque algo hice bien y no todo lo hice mal…

“Deseo seguir andando el camino por muchos años más y ver el crecimiento de mi empresa en manos de mi hija Lorena. Gracias a su gran aporte, voluntad, responsabilidad y eterna predisposición, de a poco voy dejando la agencia en sus manos, sin mi presencia”.

“En esta historia de lucha, sacrificio y logros le debo un especial agradecimiento a mi esposa Diana, quien siempre fue el pilar de mi hermosa familia y el apoyo incondicional, en las buenas y en las malas, a lo largo de mi carrera profesional”.